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Amaia, La M.O.D.A., Love of Lesbian, M-Clan, OBK y Siloé encabezan una sexta edición de Brisa Festival

Por Redacción NoSoloEsRuido
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El Brisa Festival ha desvelado el ambicioso despliegue de su sexta edición, consolidándose como un organismo vivo que trasciende la mera sucesión de conciertos para vertebrar la identidad cultural de Málaga.

Cuando el salitre se confunde con el eco de una distorsión y el horizonte del Puerto de Málaga deja de ser una línea para convertirse en una partitura, nace la sexta edición de Brisa Festival. Los días 23, 24 y 25 de julio de 2026, el Dique de Levante dejará de pertenecer a la geografía para entregarse a la memoria colectiva, bajo un cielo donde el pop de autor, el rock de herencia y la vanguardia más efervescente convergen en una liturgia de tres jornadas. Con el mar como testigo y el centro histórico como frontera, el certamen dibuja un mapa emocional que va desde la consagración de grandes tótems nacionales hasta el descubrimiento de esas bandas que hoy ensayan en un garaje y mañana definirán nuestro cancionero. Es, en esencia, la celebración de una ciudad que ha decidido que su banda sonora no sea un susurro, sino un vendaval de talento, inclusión y cultura de barrio.

El Brisa Festival ha desvelado el ambicioso despliegue de su sexta edición, consolidándose como un organismo vivo que trasciende la mera sucesión de conciertos para vertebrar la identidad cultural de Málaga. Durante los días 23, 24 y 25 de julio de 2026, el Dique de Levante del Puerto de Málaga volverá a convertirse en el epicentro de una propuesta que este año equilibra con precisión quirúrgica el peso de los nombres consagrados y la efervescencia de la vanguardia emergente. El cartel, encabezado por figuras de la talla de Amaia, cuya evolución artística la sitúa como una de las voces más preclaras del pop actual, y La M.O.D.A., con su insobornable épica de raíz burgalesa, dibuja un mapa sonoro donde la veteranía de M-Clan y el existencialismo de Love of Lesbian encuentran un acomodo natural junto al misticismo litúrgico de Siloé y el rock alternativo de León Benavente, Ángel Stanich, Sienna, Samuraï o Barry B.

La percha emocional de esta edición recae de forma significativa en la figura de Jordi Sánchez, líder de OBK, quien ha sido designado abanderado malagueño en el marco de su trigésimo quinto aniversario. Este reconocimiento no es baladí, pues subraya las raíces de Sánchez en el Valle de Abdalajís y reivindica la vigencia de un synth pop que ha sabido envejecer con una coherencia estética admirable. Junto a él, nombres como David Otero, Pignoise, Merino o Soleá Morente, quien comparece en un estado de gracia camaleónico tras su reciente exploración electrónica, aseguran un recorrido por las distintas capas del pop español. Este ecosistema se completa con una nutrida selección de bandas que aportan el pulso más fresco de la escena, como Bravo Bravo, Corazón Inverso, Guarino, Idaira Siles, Maenoba, Monte Ventura, Nina Raku, Pequeño Mal, RBT, Sara Rais, Scandinavia, Something about Tsunamis, Vis Viva y Wasabi Cru, integrando así un programa que transita desde el pop-punk generacional hasta el R&B contemporáneo o el folk experimental.

Sin embargo, la verdadera columna vertebral del Brisa Festival reside en su vocación expansiva y profesional. Brisa Studio se erige un año más como el espacio de reflexión y encuentro para la industria, unas jornadas profesionales donde se analiza el presente y futuro del sector musical. Esta voluntad de dejar poso se complementa con Brisa en tu barrio, una iniciativa ya icónica que desplaza la música a los diferentes distritos de Málaga, expandiendo el radio de acción del festival y permitiendo que la cultura impregne el tejido urbano de la ciudad más allá del recinto principal. Es en esta capilaridad donde el festival demuestra su compromiso con el territorio, entendiendo el evento no como un compartimento estanco, sino como un diálogo constante con la comunidad y el talento de proximidad.

La sexta edición destaca asimismo por un hito en la gestión cultural de la provincia merced a la alianza con la Fundación ”la Caixa” y la Fundación Music for All. Gracias a este acuerdo, Brisa Festival se convierte en el primer evento de sus dimensiones en Málaga cien por cien accesible e inclusivo. Esta apuesta por la accesibilidad universal asegura que la experiencia estética no encuentre barreras físicas ni cognitivas, democratizando el acceso a la cultura en un recinto que, ubicado entre el mar y el centro histórico, ofrece uno de los marcos más privilegiados del circuito nacional. Con esta estructura, el festival no solo ofrece un escaparate de éxitos y descubrimientos críticos, sino que se posiciona como un modelo de gestión integral que cuida tanto el escenario como el entorno profesional y social que lo sustenta.  

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