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Juan Luis Guerra en Gijón: Bachata para curar el caos

Texto e imágenes Javier López | Soraya Mirás | 27 de julio de 2025
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Tras la cancelación en Sanxenxo y pese a los fallos de sonido, el dominicano convirtió Gijón en una pista de baile con un concierto cargado de clásicos, ritmo y emoción.

El esperadísimo concierto de Juan Luis Guerra, dentro del programa del Gijón Life de este verano, consiguió redimirse de la cancelación de su anterior cita en Sanxenxo (donde tuvo que cancelar debido a la lluvia y el viento) pero no sin tener que superar problemas de organización y, sobre todo, de sonido, con múltiples quejas de los asistentes que ocuparon las zonas más alejadas del escenario.

Y es que a las 21:30, media hora antes del comienzo programado para su actuación, miles de personas esperaban fuera del recinto donde la única cola que había llegaba y daba la vuelta al Palacio de Deportes, lo que indicaba que la expectación previa al concierto se había incluso desbordado y que hizo que se tuviera que retrasar unos 15 minutos mientras crecía la tensión de los espectadores de la zona más cercana al escenario (y con las entradas de más alto precio) quienes recibían con gritos y aplausos cualquier movimiento por el back stage o el propio escenario. Y por fin, a las 22:15 apareció la persona más esperada de la noche, un Juan Luis Guerra que derrochó cariño y simpatía con el público gijonés y que no paró de bailar encima del escenario.

 La canción elegida para empezar este concierto fue “Rosalía” que dio el pistoletazo de salida para que unas 12000 personas disfrutaran sin parar de bailar durante las 2 horas que duró el concierto y, tras ella, vino “Travesía” y el apagón que a pesar de un primer intento por continuar como si nada pasara esperando a que los equipos revivieran, obligó a parar el concierto unos diez minutos tras los que Juan Luis Guerra y su orquesta 4.40 reanudaron el concierto repitiendo desde el principio esta canción y con “La llave de mi corazón”, suficiente para que todo el público olvidara el pequeño caos hasta ese momento. Y por fin, todo volvió a su lugar y pudimos disfrutar de un concierto sin más sobresaltos coreando y bailando uno a uno todos los éxitos que tanto conocemos.

 Fue una noche cargada de merengues y bachatas en la que Juan Luis Guerra hizo un extenso repaso a su carrera musical y donde a continuación sonaron clásicos como “Vale la Pena” y “Como yo” convirtiendo la zona del público en una gran pista de baile internacional con asistentes de muchos paises, sobre todo latinos, y a los que hizo referencia el cantante agradeciéndoles el haberle acompañado en esta cita.

 También hubo tiempo para que su orquesta se luciera y es que Juan Luis Guerra se retiró del escenario durante unos 10 minutos, tiempo en el que aprovechó para descansar y firmar todo tipo de artículos para sus fans como pudimos ver en las pantallas gigantes del escenario, un buen rato en el que toda la banda hizo las delicias del público con solos de todo tipo, canciones protagonizadas por los habituales coros e incluso un “guiño”a nuestro país cantando el “Que viva España” de Manolo Escobar, un momento que fue recibido de diferentes formas por el público pero que al final consiguió su objetivo, meterse a los asistentes en el bolsillo.

 Y regresó el protagonista de la noche y desde ahí al final se sucedieron canciones archiconocidas como “El Niágara en Bicicleta”, “Bachata en Fukuoka”, “Visa para un sueño, “Ojalá que llueva Café”, “Burbujas de Amor” y “Las Avispas” en una sucesión de bailes que no parecía tener fin y que viendo el ambiente nadie se hubiera quejado si el concierto durara un buen rato más ya que todo el mundo estaba entregado en ese momento.

 Y, de repente, todos despertamos y llegó el primer final de concierto, con una fría despedida y apagado de las luces que alguno identificó con el fin del concierto pero que provocó lo esperado, tener al público de Gijón pidiendo “Otra! Otra! Otra!” hasta que en las propias pantallas se vio un gráfico que animaba a seguir insistiendo. Esto fue el epílogo de un final épico, para que el que se habían guardado la canción más esperada de la noche

 Para este final, Juan Luis Guerra y su banda eligieron “Bachata Rosa”, uno de sus grandes éxitos y que dio paso a otra de las canciones que todo el mundo echaba de menos en la Set List de este concierto, “A pedir su Mano” y, por fin, sonó “La Bilirrubina” y bajo un atronador ohhhhhh dio comienzo el mejor de los finales, con bailes, canticos y total alegría dando por finalizada una de las fechas más importantes de este verano en Gijón.

 En Resumen, Juan Luis Guerra demostró que 68 años no son nada y que aún tiene muchas horas de música y bailes que dar a su legión de fans

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