Palencia Sonora, cuando el buen rollo de una ciudad se transforma en festival.
 
        
        Espectacular. No se me ocurre mejor forma de definir nuestra primera experiencia en el Palencia Sonora, un festival al que le teníamos muchas ganas y del que todas las buenas cosas que todo el mundo nos había hablado se quedaron incluso cortas.
20.000 personas participaron en este año de récord de un festival que combina todo lo que nos gusta. Buenas bandas, diferentes escenarios y actividades, música para todos los gustos, vermuts cargados de ritmo y buen rollo y una ciudad que te recibe con los brazos abiertos.
El Palencia Sonora es un festival de dos días de duración en el recinto del festival, a los que suma dos sesiones de jueves y domingo y una muy especial de la Banda de Música de Palencia en el Universonoro Palencia el miércoles, siendo estas 3 últimas gratuitas que, sumadas a las vermús del viernes y sábado, hacen partícipe a toda la ciudad del festival. Además, no faltan una Verbena infantil, un vermú solidario con la AECC, un taller de Jota o una programación de pinchadas de Dj’s de todos los estilos tanto en escenarios por toda la ciudad como dentro del recinto, en el escenario isla. Además, aparte de la extensa programación cultural del festival, una de las cosas que más nos sorprendió es la cantidad de escenarios diferentes donde se desarrollan las actuaciones, además del recinto principal y el recinto extra a su entrada, como el Parque del Salón, la Plaza Mayor, Pío XII, San Pablo, la Huerta Guadián o la plaza de San Miguel, lo que da a pensar el enorme trabajo de los organizadores y su equipo para que todo estuviera siempre perfectamente montado y listo para los artistas.
Aunque el miércoles ya habían tenido esa primera toma de contacto que os contamos, para nosotros esta edición arrancó el Jueves 5 en el Parque del Sotillo, en una zona habilitada a las puertas del festival y que servía tanto para recoger las pulseras para entrar en el recinto como para dar el mejor pistoletazo de salida al festival en un día en el que actuaron Bewis de la Rosa con su Rap manchego y sus canciones con un fondo tradicional pero con unos ritmos que hicieron que todo el público se rindiera a ella desde el primer momento, Ortiga con su nueva versión “Ortiga e os fanáticos do sexual”, cargada de merengues y cumbias y con un cuarteto de viento que convirtieron el Palencia Sonora en una verbena gallega más para el disfrute de los asistentes y por último Biznaga, quien puso el broche al mejor comienzo posible con un concierto en el que demostró toda la fuerza de sus temas y provocó lo primeros pogos rockeros del festival (porque ya habíamos tenido uno manchego y otro made in Galicia con Ortiga). Un inicio que ya nos dejaba pistas de lo que nos esperaba el resto del fin de semana tanto por la calidad de los artistas como por el buen ambiente de un recinto abarrotado un día entre semana.
Y llegó el viernes, con el turno para los conciertos de la vermú en la Plaza Pio XII y el tardeo en el Escenario UVa.
El día empezó un poco aletargado y notándose en todos los asistentes que la noche anterior había sido intensa, pero enseguida los cuerpos recuperaron sus fuerzas (con la ayuda de alguna que otra cerveza) y pudimos disfrutar de la jovencísima banda barcelonesa El diablo de Shanghai que abrieron la sesión con su punk garajero. Tras ellos fue el turno de Tiburona, un grupo que teníamos muchas ganas de ver y que trajeron desde Madrid su música para hacer bailar y disfrutar a todo el público del festival y a otros compañeros como los componentes de Biznaga que no quisieron perderse su concierto que cerraba ese tramo de la primera vermú del festival. Para la primera hora de la tarde llegó el turno del escenario UVa en el Parque del Salón, donde actuaron Castora Herz, Juventude, con su punto flamenco y Julia de Arco, que dejaron a todos a punto para afrontar el plato fuerte del día, los conciertos en el recinto del festival ubicado en el Parque del Sotillo.
El recinto tenía 3 escenarios, los dos principales donde se desarrollaron los conciertos de las bandas elegidas por el festival y luego un tercero dedicado a Dj’s de varios estilos entre los que destacaba la electrónica, pero sin faltar también la música indie. Por aquí desfilaron artistas como Sai, Brian de Calma y Yahaira.
Para el primer concierto ya se veía un gran ambiente y el público pudo abrir boca con La Milagrosa con una set list que ya nos conocemos a la perfección, Travis Birds, quien hizo las delicias del aficionado a bandas más de autor y que dieron paso a dos de la bandas más esperadas del día, Melifluo, a quién es imposible mirar y no tener esa sensación de cariño por el recuerdo de la antigua banda de 3 de sus componentes y Viva Suecia, quienes estaban emocionados de volver a un festival que les encanta, como así dijo Rafa Val para el regocijo de todos los asistentes y que dio paso a una actuación donde no faltó ninguno de sus éxitos, tanto antiguos como recientes, y que se nos pasó volando entre saltos y bailes y carreras por el escenario como nos tienen acostumbrados. Para cuando nos pudimos dar cuenta estábamos ya bailando al ritmo de Tu Otra Bonita como previa al tercer concierto más esperado de la noche (o el primero para nosotros), Niña Polaca, quien después de mostrarse bastante bajos de ánimo en la anterior cita que los habíamos podido disfrutar hace unas semanas en Gijón, se marcaron un concierto de máxima altura e hicieron vibrar y disfrutar a un recinto abarrotado aún a esas alturas de la noche. Para el cierre del viernes llegó el turno de Mainline Magic Orchestra, una electro boy band, banda que dejó a todo el mundo con la boca abierta por su excentricidad tanto musical con en su apuesta visual, siendo un broche de oro a esta primera jornada del festival.
El sábado fue el plato fuerte del festival, con una Palencia abarrotada de personas, tanto los asistentes al festival como la gran mayoría de sus habitantes y que amaneció bajo un sol de justicia que hacía que encontrar una sombra desde la que disfrutar de la música fuera el mayor de los tesoros.
Para este día se eligieron 4 lugares nuevos y diferentes donde se desarrollaron las actividades del día en la ciudad. A la 13:00 empezó la Verbena infantil en la Plaza de San Pablo y el primer concierto del día, el de Toldos Verdes, otra banda a la que se tenía muchas ganas de ver y que actuaron en el concierto solidario por la AECC en una Plaza mayor que se fue llenando poco a poco hasta casi completar el aforo, señal de que nadie se quería perder este momento que tuvo como anécdota la presencia de los padres de uno de sus componentes.
Tras ellos tocó moverse a la Plaza de San Miguel y aquí llegó la sorpresa más agradable de todo el festival para nosotros, La Señora Tomasa, una banda barcelonesa que fusiona géneros latinos, electrónicos y urbanos y que liderada por Pau Lobo hizo que una plaza abarrotada de personas olvidara el calor y el primer cansancio para bailar durante todo su concierto como si un festival de salsa y cumbia se tratara, dejando un clima de fiesta y buen rollo que continuó durante toda la tarde en las diferentes terrazas improvisadas por toda la ciudad, donde una bañera industrial repleta de hielos y cerveza, acompañados de un Dj improvisado (o profesional como David Van Vylen o Mr Cong) eran suficientes para tener una calle entera abarrotada de personas bailando y disfrutando con amigos o cualquier otra persona recién conocida, demostrando el buen carácter y la gran acogida que toda Palencia hace de este festival, uno de los eventos más importantes del año para su cultura, diversidad y turismo como dijeron al finalizar el festival sus organizadores.
Este tardeo duró hasta casi el comienzo de la segunda sesión de conciertos en el recinto y poco a poco todo el mundo se fue trasladando hacia el Parque del Sotillo con ganas de ver a la primera banda del día, Neverland Bari, quienes fueron los encargados de abrir otra noche con un recinto a reventar ya que se habían vendido todas las entradas semanas antes, y que para esta ocasión en el Escenario Isla tuvo las actuaciones de Dj’s tan conocidos como Mara Bravo, Dembooty y Fernanda Arrau.
Tras la banda madrileña y su indie rock llegó el turno de Zahara, con una versión mucho más tranquila que la que nos enseñó en su última gira y que este año incorpora detalles curiosos como el cantar desde un policlin en el escenario, Carlos Ares, quien volvió a dar una exhibición de arte y música demostrando tener una de las mejores bandas que nos podemos encontrar ahora mismo y que terminó su actuación con todo el público rendido a sus pies y que dio paso a la actuación estrella de la noche, León Benavente, con un Abraham Boba que como siempre no dejó indiferente a nadie y que demostró, junto al resto de la banda, estar en mejor forma que nunca. Es tal la energía que desprenden que a veces parece imposible mantener los pies sobre el suelo.
Como cierre de esta segunda y ultima jornada de conciertos en el recinto se presentaron Barry B, una Casa Azul que desprendidos de sus bombas de confetis se veían un tanto más apagados y Serial Killerz con sus versiones de todas esas canciones rockeras que todos nos sabemos y su puesta en escena tan peculiar.
Y llegó el domingo, un día que en la mayoría de los festivales se descarta por miedo a la poca afluencia debido al cansancio de los asistentes o a que estos tienen que emprender el viaje de vuelta a casa, pero que el Palencia Sonora nos regaló a los (muchos) valientes que aún quedábamos por allí con dos actuaciones de auténtico lujo, Zuaraz, con su reversión del Rock Alterlatino y que llegó con una propuesta que consiguió espabilar a los asistentes y Mujeres, el mejor final posible para un festival tan cuidado como este y que nos brindó un concierto que por momentos nos hacía olvidar que eran las dos de la tarde del domingo de un festival que había empezado 4 días atrás, con una actuación donde no faltó ninguna de las canciones que más nos gustan y donde se vio la legión de seguidores que tienen por todo el país.
Y así terminó el Palencia Sonora, de una forma espectacular tal y como había comenzado, en un recinto a la sombra de los árboles y con un público entregado y demostrando todo el buen rollo que ya os comentamos en varias ocasiones.
¡Que viva el Palencia Sonora y los festivales pequeños hechos desde el cariño, por y para las personas!
Seguro que volveremos.
 
     
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
            